La escuela debe continuar
Estaba escrito que los efectos derivados de la pandemia mundial serían más devastadores en Nepal, donde el número de muertes no son nada alarmante comparados con España, pero las consecuencias a nivel económico y social sobrepasan a cualquier catástrofe antes percibida en el país (peores, incluso, que los terremotos de 2015 o la guerra civil vivida poco antes).
En el caso de Nepal, y más concretamente en las zonas rurales del país, muchas familias han perdido el empleo, quedándose así sin ninguna fuente de ingresos; lo que ha provocado que estos hogares se tengan que enfrentar a una escasez de alimentos, medicinas y otras necesidades básicas. Un informe reciente de UNICEF demuestra que son las niñas y los niños quienes perciben el mayor impacto negativo, en especial en las áreas de educación y nutrición, salud e higiene.
Por un lado, con las escuelas cerradas durante los últimos cinco meses y con las familias perdiendo sus medios de vida, muchos estudiantes en Nepal se ven obligados a colaborar en la economía familiar, y es posible que no se reincorporen a las escuelas una vez que vuelvan a abrir. Este hecho es más alarmante para las chicas, ya que según UNICEF el 53% de las estudiantes no van a regresar a clase. Los factores de esta alta tasa de abandono escolar post Covid-19 son, principalmente, tres:
- El 67% de las niñas dijo que había dejado de estudiar en casa desde que la escuela cerró en marzo porque no tienen los medios para hacer un seguimiento online de las clases, lo que significa que dudarán en regresar a la escuela o tendrán dificultades para ponerse al día y aprobar los exámenes cuando regresen.
- Alrededor del 10% admitió que probablemente no regresarían a la escuela cuando reabra, debido a la falta de apoyo de los padres en su educación.
- Pero lo más preocupante es que el 45% de las niñas informaron de la necesidad de trabajar o brindar cuidados en el hogar, debido a la situación de pobreza causada por la pérdida de fuentes de ingresos en éste
Por otro lado, es en las zonas rurales (donde trabaja la ONG Bahadur Project Nepal) donde han aumentado las tasas de pobreza e inseguridad alimentaria de los hogares. Debido al estado de emergencia impuesto en Nepal, se han interrumpido las cadenas de suministro y los servicios de nutrición esenciales, a la vez que los precios de los alimentos se han disparado. Como resultado, las tasas de desnutrición han aumentado. Y todo apunta a que seguirán aumentando, aunque los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU exigen que Nepal reduzca la desnutrición a menos del 5% para 2030, un objetivo que no será fácil de alcanzar ya que actualmente está alrededor del 10% (frente al 2% en países europeos).
A veces parece lógico y natural eso de a situaciones extremas, medidas extremas; si un hogar en esas zonas rurales no tiene suficientes ingresos para cubrir las necesidades más básicas de sus miembros, todos ellos, incluidos los más pequeños, deben contribuir en ello. Pero, desde Bahadur Social Project, no compartimos esa idea; es más, creemos en la educación como fuente de oportunidades y motor de cambio, a la vez que luchamos contra el trabajo infantil.
Siguiendo la línea con la que UNICEF cerraba su informe, la continua pérdida de acceso a la educación en familias de bajos ingresos podría tener efectos negativos irreversibles en la economía del país y afectar negativamente el potencial de éste, sin poder garantizar un desarrollo equitativo y sostenible. Es por eso que, sí o sí, y ahora más que nunca, la escuela debe continuar.