Los verdaderos líderes
La punta del Iceberg
Una de las principales leyes en el ámbito de la cooperación al desarrollo es la de fomentar la independencia, capacitar a los futuros líderes para que ellos mismos, de manera autónoma, sean impulsores de cambio; un cambio adaptado a la cultura local, de manera que se mantenga cada uno de los avances realizados.
Todo el que conozca la realidad rural de un país como Nepal entenderá de lo que hablo. Aunque en muchos ámbitos puede parecer que Nepal deja atrás el apellido de país “subdesarrollado” para adquirir el nuevo de “en vías de desarrollo”, nada se aleja más de la situación de un país donde el 80% de su población vive en áreas rurales, donde la mayoría de éstas se catalogan como “remotas” dadas sus precarias infraestructuras que las alejan del resto de la civilización. Así, es común visitar aldeas donde no hay luz, agua o una carretera (o camino de tierra) que las conecte con el resto de la civilización.
Más allá de eso, también existe un componente cultural, que sumado a la falta de proactividad y liderazgo por parte de los responsables principales, condena a la mayoría de la población a un contexto de pobreza (en términos económicos) y precariedad (en el ámbito de salud e higiene).
¿Acaso es tan difícil darle la vuelta a esta dinámica?
El problema, a mi modo de ver, es que se ha permitido que la bola se hiciera demasiado grande, y lo que en un principio podía ser algo fácil de tratar, se ha convertido en una cuestión cuya raíz ha pasado a formar parte de la cultura propia de los miembros locales. Pero, insisto, una gran parte del problema radica en la falta de liderazgo.
Desde Bahadur Social Project ponemos nuestro foco en empoderar a dichos miembros, desde su edad más precoz. En formar a líderes, que no solo piensen, pero que actúen, que tengan la fuerza suficiente para reclamar lo que es suyo, alzar la voz y defender sus derechos fundamentales; como una escuela en condiciones, electricidad, agua corriente o comunicaciones decentes para poder comerciar los productos.
¿Cómo pretendemos desarrollar las comunidades si no existe una conexión con el mercado para que puedan vender sus tomates, por ejemplo?
Ahí está la clave de nuestros programas, donde trabajamos a un ritmo pausado, pero asentando cada paso que damos. El primero que hemos propuesto es establecer la figura de capitanes en la escuela, para que se responsabilicen de sus avances y, desde bien pequeños, adquieran responsabilidades que les impulsen a pensar y, a su vez, romper con el tabú de que una mujer no puede reivindicar sus derechos igual que un hombre.
Aquí os presentamos a Rupesh, Bashanti, Meg, Unisha, Rabina y Rakesh Chepang, los encargados de defender los derechos de los 100 alumnos de la escuela Shree Thumka Primary School, en Bhumlichowk.
Muy pronto, será el turno de los adultos quienes, ejerciendo como ejemplo a seguir, recibirán un taller de empoderamiento para representar a sus comunidades ante el gobierno local.